domingo, 13 de junio de 2010

Un año de gobierno, autoridad moral, el frente y el camino del pueblo

“Con la autoridad moral de ser el primero en dejar de lado mi pertenencia política para convocar a todos a la unidad y al sacrificio; con la autoridad moral que me otorga el haber pedido a todos los funcionarios de mi gobierno –ministros y ministras, viceministros y viceministras, presidentes de autónomas y demás organismos del Órgano Ejecutivo- que prioricen su función de servidores públicos y dejen de lado su militancia partidaria mientras estén en los cargos públicos; con esa legitimidad moral es que vengo a pedirles a ustedes que dediquemos todos nuestros esfuerzos y toda nuestra energía a el Salvador”

Este párrafo tomado del discurso presentado pro el presidente Mauricio Funes el 1 de Junio, con motivo del primer año de su mandato, es revelador.

El presidente viene y dice que tiene autoridad moral para, pedir unidad nacional y un año por la patria, por haber “dejado de lado su pertenencia política”, plantea en ese párrafo de su discurso su separación del frente; cuando su oferta electoral, la presentó en conjunto con el Frente.

Uno podría considerar natural que el presidente tenga diferencias con el partido que lo llevó al poder; aún más eso es sano y saludable, uno podría entender que se lleve muy bien con aquellos sectores y partidos que previo a las elecciones lo atacaron.

Pero hay algo que no cuadra, pues las desavenencias que deberían ser normales en realidad no lo son; se observa en las declaraciones de Funes y del frente una franca separación, que viene ahora a remacharla en el discurso que presenta en la asamblea.

El comportamiento del presidente, demasiado coqueto con la élites económicas, hace parecer al frente como cornudo complaciente. Con asombro uno contempla la actitud del frente, frente a ese hecho que se le presenta. Ambivalente: mientras unos dirigentes dicen una cosa, otros dicen otra; y eso termina de dibujar un entorno político, bastante confuso. El presidente abandona su pertenencia política, pero lidera un movimiento por el cambio, sazona sus declaraciones públicas con frases que ya no se olvidaran en el imaginario del pueblo: “ no me interesa perseguir a los corruptos”, cuando sus frases en la campaña electoral eran otras; invita a los excombatientes del conflicto a una mesa de dialogo, y más pareciera que es una convocatoria para utilizar a los veteranos y dividirlos en su forcejeo con el frente.

Su comportamiento frente a los organismos económicos internacionales, no se distingue del comportamiento de antiguos gobernantes de derecha, su posición frente al Golpe de Estado Hondureño, aunque se ha llevado las palmas de algunos, no convence: pareciera seguir la agenda de los Estados Unidos, así sin más.

En suma hay un sentimiento agridulce; golpea duro eso de las comunicaciones del gobierno, haciendo propaganda a la usanza de antiguos gobiernos de derecha, golpea duro esas emocionales defensas a ciertas transnacionales, golpean duro las declaraciones públicas del presidente, en as que siempre deja cierto sabor de autoritarismo y de aquello del Estado Soy Yo, golpea, porque viene de una persona que fue llevada sobre los hombros de los descamisados de este país.

Golpea que el Frente, sea un partido que escogió hace tiempos ya la vía electoral por excelencia, abandonando adrede quizás, la formación intensiva de sus militantes; golpea duro ver a un frente con discurso de Izquierda y con practica de derecha.

Lo único que logran es detener el proceso social del cambio, pues derraman el virus de la confusión por doquier, y ahora los militantes del frente (orgánicos y no orgánicos o simplemente simpatizantes) debemos convertirnos en contorsionistas, al poder apoyar al presidente y al frente.

Elecciones seguirán habiendo y por ese camino al final, lo único que queda es la partida de defunción del frente; pues seguramente a la vuelta de cuatro elecciones más; del frente solo quedará la historia, una historia de dos partes: la primera de cómo el frente junto al pueblo se levantó en armas para procurar una transformación social y la segunda parte de cómo al frente se lo comió la ilusión del poder por la vía de las urnas; guerra en que está empantanado y en la que por desgaste será vencido irremediablemente.

El presidente Funes, al final de cuentas solo será una circunstancia más en la historia del frente; Funes solo será el hombre que fue llevado como candidato, será visto como un hombre con el cual el frente logró una de esas victorias electorales, y que podrá a juzgar por este primer año de gobierno, considerarse una gran victoria … pírrica.

El cauce de la lucha por las transformaciones sociales, así como están las cosas, no están vinculadas de forma directa e ineludible al frente ni al presidente, pues estos más bien con sus dimes y diretes, son más bien diques para la educación política e ideológica del pueblo; el cauce de la lucha del pueblo; va por otro sendero que no es exclusivamente electoral; sino que esta fundamentado en la organización, en la identificación de sus reivindicaciones y en la exigencia a rajatabla de sus derechos: Solo la formación ideológica y la protesta organizada hará que funes y el frente escuchen al pueblo y enderecen el camino.

miércoles, 2 de junio de 2010

Sobre la reconciliación

Breve Contexto:

Una guerra civil que comenzó a germinarse en los sesenta, y que explotó en las años setenta y ochenta con enormes movilizaciones sociales, y derivó en guerra civil en los años ochenta y primeros años de la década del noventa. En 1992 culminó ese conflicto con un acuerdo de paz. Entrando de esa manera el denominado Post conflicto, que estuvo marcado, sobre todo, por el supuesto cumplimiento de los acuerdo de paz, la reinserción de los excombatientes a la vida civil y la reconstrucción del país, bajo un modelo económico sustentado en los principios neoliberales.

Rasgos para una caracterización de excombatientes: Un acercamiento a sus motivaciones en la guerra y a su inserción en la vida civil.

Los participantes en el conflicto civil por el lado del fmln, fueron en su mayoría y en los años más álgidos campesinos; la gran mayoría creyentes católicos. La principal motivación a incorporarse fue la Represión: Un 90% de excombatientes de el fmln, sea de la organización militar que sea, contará como los militares le mataron a familiares, contará como le tocaba guindiar por los montes… la mayoría contará verdaderas historias de sobrevivencia, esa historia de sobrevivencia fue la que los hizo incorporarse de lleno a la lucha armada; y por eso eran en su mayoría guerreros inclaudiclables y feroces.

Costaba un mundo, mantener a los combatientes en una reunión de carácter político ideológico; pues lo que a los excombatientes les gustaba era pelear, requisar pertrechos bélicos y equiparse muy bien.

Cierto que tomaban el vocabulario ideológico; y se hablaba de revolución, justicia social, dictadura, represión y de todas esas categorías; pero lo que siento yo que mantenía cohesionado a estos combatientes no era su formación política o ideológica, sino la conclusión a la que habían llegado, sobre la base de sus experiencias, de que la única manera de sobrevivir era tomando un fusil y derrotando al ejercito.

La formación ideológica en verdad era rudimentaria; y el fragor de la guerra, pedía Guerreros no políticos; pedía guerrilleros y pedía guerrilleros… y los había en la medida que el único lugar donde hacían ejercicio del poder, mediante las ramas, era en la guerrilla. La guerrilla devolvía la autoestima perdida; la guerrilla les tomaba en cuenta y es ahí donde demostraban sus inmensas potencialidades.
Lo anterior explica también que los excombatientes del frente sigan al frente ahora partido político, y que cuando se separen de él les cause traumas indecibles, pues esa bandera roja, los excombatiente sienten que les protege, sienten que es suya.. y por ser suya perdonan a los actuales dirigentes cuando hacen algo que no cuadra.
Si el Estado había reprimido y había matado a un miembro de la familia; por más que cambiara la política de tierra arrasada y comenzaran a hacer programas de esos que decían que había que quitarle el agua al pez, estaban condenados al fracaso…

Termina la guerra y hay que seguir…
Se firmó la paz, y todos los guerrilleros como autentico ejercito se licenció, no hubo ningún incidente grave, no hubo ningún rompimiento, sin mas los guerrilleros se desmovilizan, nadie protestó ( sea de la organización que fuera), y ahí están quietos… estamos quietos.

Estaba claro para los guerrilleros que el ejercito era incapaz de derrotarlo por la vía militar, también se sufría las bajas de guerrilleros.. a cuentagotas pero se sufría las bajas, había combatientes con doce años de guerra y eran ya sobrevivientes, pues poco a poco la fuerza militar se iba sustituyendo por nuevos combatientes, que eran los hijos de las primeros alzados; y ya el ejercito no hacía las masacres de antes, ya al ejercito se le tenía la medida y el frente era respetado, había construido sus espacios, nacionales e internacionales; ya los combatientes habían cobrado al ejercito por sus desmanes.

La gentes en última instancia lo que quería era vivir con tranquilidad, en paz, aunque sea volviendo a cultivar su milpita y frijoles… nada más ¡¡¿ que iban a entender los compitas de neoliberalismo¡¡¡ de lo único que habían entendido era de represión primero y luego de golpear al ejercito.

Y entonces viene el asunto ese que nos tiene platicando, eso de la reconciliación.
Viéndolo bien de eso no hemos comido. Convivimos que es otra cosa. El dolor por los muertos está ahí y eso no lo superamos. y esto que voy a decir ahorita es mas personal, pero lo digo con franqueza: Imagínate que un excombatiente conoce quien le mató al papá, y viene y el asesino le pide perdón y viene el excombatiente y lo perdona. Ma ve y mírenme la seña… Eso ni en la biblia… es decir, el excombatiente podrá callar; saber que pasó y como pasó y el excombatiente, ahora respetuoso de las leyes; y orgulloso de su pasado guerrillero, no va a venir a causarle daño al asesino; pero sinceramente, creen que lo va a perdonar? no, seguro no lo perdona, a lo mejor lo dice, pero la cosa no es así, no es pidiendo y dando; no es automático, no es que se va a dar porque si.

No creo que haya reconciliación de verdad, la reconciliación ha quedado a nivel de discurso. Fácil se dice pero difícil se hace. Mejor ilustrémonos con algunos casos:

1- Laura López, era una líder comunitaria de las comunidades eclesiales de base; ella les daba alivio espiritual a las personas del cerro de guazapa que huían de la represión del ejercito. Una vez la sorprendieron en un Cañal, no usaba armas, nunca las uso. Era el batallón atlacalt quien realizaba el operativo, fue allá por el año 85, ella se corrió, junto a su hija que en esa época tenía unos doce años de edad. Cayó al suelo con balazos en la espalda. No iba armada; Laura le dijo a su hija que se corriera y que se llevara un morral en el que andaba fotografías, porque si las agarraban a los soldados comprometía a esa gente.. la niña huyó.. dejando a su mamá herida, y los soldados gritando detrás y tirándole a la cipota que corría…. los soldados llegaron donde la señora y le volaron la cabeza… la niña vio todo eso y escapó por un pelito, no sin antes llevarse a un niño de unos siete años que los soldados habían dejado desangrándose…

Ese es el cuadro: esa niña, quedó huérfana, su papá había fallecido antes, ¿ será que ella, que vivió ese infierno, va a perdonar así de fácil, al saber quien mató a mansalva a su mamá? y esta fácil poder llegar a determinar que oficiales y soldados estuvieron en ese acto cruel. para que haya reconciliación debe saberse quienes fueron los asesinos, deben estar arrepentidos y deben pedir perdón, y deben recibir el perdón. Pues ni lo uno ni lo otro.. No hay interés de nadie por saber quien fue; ni los hechores van a venir a pedir perdón… entonces mejor no preguntarnos si ésta mujer, va a perdonar, pues ni siquiera se ha comenzado por lo que se debe comenzar..
2- Hay una muchacha, que aparentemente vive una vida normal, casada y con hijos: a su mamá la mató el ejercito, y estando embarazada mataron el feto con lujo de barbarie, quedó la muchacha de la que hablamos, solita, huérfana y aunque nunca fue guerrillera, tuvo una vida de verdad difícil, vivió una niñez y juventud infeliz… siempre ha sufrido por eso, siempre ha andado con esa cruz a cuestas; y veamos: ¿Cómo va a reconciliarse esta mujer o más bien cual reconciliación?. Si le preguntamos, si va a perdonar a los hechores, no hay idea de que dirá, pese a que es una practicante católica, y esa pregunta sería hipotética, pues no sabe a quien va a perdonar. Y uno se pregunta ¿Después de décadas con esa tribulación; va a perdonar automáticamente? no creo que los haga, para eso hace falta algo.

3- A un compa, del cual no se su nombre, le encargaron que fusilara a otro compa, porque supuestamente era infiltrado; y resulta que este compa que fusiló al otro se casó con la hermana del fusilado, y tienen hijos y todo eso, y resulta que de pronto se van dando cuenta que el era el que había fusilado al hermano de la mujer. ¿creen que esa familia habla eso? ahí están con esa terrible verdad, chineándola, ocupando como mecanismo de solución el silencio, silencio que por otra parte debe ser un silencio pesado; ¿hay reconciliación ahí? yo creo que no. lo que hay es pacto de silencio y de mutuo sufrimiento.

No podemos decir que la convivencia en que estamos, signifique que nos hemos reconciliado. No quiere decir que las heridas están cerradas o que se han cerrado. No hay muestra que esta generación vaya a curar esas heridas, esas heridas están ahí siguen ahí y en vista que no serán tratadas; las victimas cargarán durante su vida con ellas…. y no podrán reconciliarse porque no hay manera de perdonar, que es un requisito para resolver ese conflicto.

Otra cosa es la convivencia, que lleva a forjar lazos de amistad incluso, pero ese es un mecanismo de reinserción como alternativo; por ejemplo, yo tengo un amigo que fue militar y de los malos; pero fue malo así en general pues no se exactamente que hizo ni a quien se lo hizo, es decir no me causó un daño directo, en consecuencia pese a saber quien es, y pese a saber que la conciencia lo perturba; uno se hace del ojo pacho, pero esa amistad esta hecha sobre otras bases; no sobre la base del perdón; pues siendo que este cristiano le hizo daño concreto a otro ciudadano, es ese ciudadano el que debe rehabilitarlo. No yo; aunque seamos amigos.

O también hay otros que son compañeros de trabajo, y que uno sabe que trabajaron para el ejercito en tal o cual cosa, y de ahí uno deduce que hicieron cosas malas; y sin embargo como es una cuestión de orden general uno se aguanta, y a medida que la convivencia lo acerca a uno con ellos, puede darse el caso que uno les recuerda donde estuvieron y que pudieron haber hecho; o incluso uno tiene la duda si no fue ese carajo el que lo torturó en la PN o en la GN, pero como no se sabe a ciencia cierta, uno mejor no especula, pero tiene la duda y está ahí con ellos, pero como la verdad no sale a flote, entonces aunque haya convivencia, no hay reconciliación..Solo hay tolerancia en esa convivencia.

La reconciliación es, por hoy, rehén del silencio, de la amnistía y de la perversión del que se sabe culpable y que no tiene una pizca de arrepentimiento para decir la verdad y pedir perdón. Los que deben otorgar el perdón, solo recuerdan y no olvidan.