jueves, 12 de abril de 2012

De tartufos puritanos

Nos quieren dar lecciones de  ética y moral.  No se han dado cuenta que la unica ética y moral que nosotros  practicamos es la sobrevivencia.

De eso nos encargamos nomas. de sobrevivir.

Todo lo demas  ya es surrealista.

Que si eligen en esta legislatura a los nuevos magistrados de la corte es una  terrible inmoralidad. ¡¡vaya¡¡¡
seguiremos viendo cosas.

viernes, 17 de junio de 2011

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡La consigna: ser insolentes con el poder¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Ser insolentes; ¿porque que más nos queda?



Sobre el decreto 743:

¡¡¡¡¡Los pajaros se conocen por  la cagada¡¡¡¡¡¡.

¡¡¡¡Electoreros al basurero¡¡¡¡¡¡.

martes, 17 de mayo de 2011


No tuvo oportunidad de esquivar el escupitajo,  en un abrir y cerrar de ojos cayó en la humanidad de  Misael  que iba por el camino, apurado, sin percatarse de nada y  eso mismo hizo que no pudiera hacerse a un lado, cuando  la bola de saliva amarillenta y sucia,     salió con enorme fuerza y velocidad de la boca de Gustavo, bola sucia   que formando una  especie de arco alargado pegó  con sorprendente  precisión, sonando a hueco, en la camisa blanca  y limpita  de Misael, que parado en seco  de su paso rápido,  fue despertado en su furia y ahí mismito, al compas del chiste que le hacían los hombres que alcanzó a ver con el rabillo de ojo,  arrimados al cerco de púas,  se abalanzó con toda su cara descompuesta, sobre el  hijueputa que lo escupía. Levantando su corvo afilado, que en ese momento mas parecía guadaña,  arremetió encachimbado; sin ton ni son, de tal manera que  zumbaban los filazos  en el aire, haciendo un sonido fino e hiriente, en claro clamor a la sangre;  pero era por gusto: Estaba cegado por la furia y no atinaba donde  daba con aquel corvo, que a duras penas probó un poco de sangre del antebrazo izquierdo  de Gustavo; quien en ese momento se vio sorprendido,  agredido y  herido.
Gustavo tampoco tuvo oportunidad de  detener el escupitajo; él iba camino a casa, despacio como gozando del paseo y como de costumbre, quiso escupir, para eso ejercitó sus músculos de tal manera que la escupida  cayera lejos, como a él le gustaba,  a la vera del camino, pues  a saber porque razón, pero sentía cierto placer; que quizás estaba vinculado a  la virilidad que sentía al saberse  con fuerzas, con dominio, con poder; hasta ensimismado quedaba viendo como surcaba el aire su gran  y perfecta escupida, por eso no se dio cuenta que  venía Misael a todo dar, cabalito  a ponerle el pecho  a aquella sustancia que de sucia estaba viscosa  a pesar de la rapidez de lo sucedido,  a Gustavo, le pareció que Misael,  bloqueó el salivazo a cámara lenta; metiéndole el hombro, que estaba cubierto por la blancura de la camisa.
Gustavo,  frente a aquella embestida de toro desbocado de Misael,  a como pudo  se ajustó a la exigencia  y esquivó mas mal que bien los filazos, y con mas suerte que otra cosa, pues con su susto y con  la fuerza con que iban era desgarradora, no se podía esperar otra cosa;  solo el encachimbamiento total   desafinaba el pulso de Misael que  no acertaba para nada en el aterrorizado Gustavo. Un machetazo rasgó a Gustavo y salió la sangre, sin timidez, violenta, roja y caliente.   Gustavo se asustó y se encendió; al ver regada con  su sangre aquella polvareda, y en una vuelta digna de volatín,  empujó a Misael   que trastrabillando  cayó de bruces soltando en la caída  el corvo con que atacaba; quedó a merced de  Gustavo; quien solo atinó  a ponerle el zapato en la nuca, lo más fuerte que pudo, dejándolo jadeante, polvoso, ensangrentado, quieto y sudoroso.
Misael quedó  humillado;  la rabia que Misael sentía  era natural en él, ya que desde su  alistamiento en el ejército y su paso por el batallón elite en el que combatió había convivido con una sucesión a veces interminable  de sentimientos iguales, sobre todo cuando en los combates, debían sacar heridos y salir a prisa de aquellos  lugares donde los terengos se hacían fuertes, en esos momentos se apoderaba de Misael unas ganas de vaciar su fusil indiscriminadamente sobre cualquiera que  se le cruzara enfrente¸ así a veces se había desquitado su compañía maltratando a los civiles,  a los que les metían presión  acusándolos de  colaboradores de los comunistas; se acordaba  del oficial al mando que se divertía azuzándolos para que se desquitaran, de las correrías en aquellos cerros, donde a veces ganaban y a veces perdían.
A Misael, al igual que a los demás soldados, les aterraba los campos minados que ponían los guerrilleros que según ellos eran unos cobardes que solo a traición operaban,  se pusieran frente a frente otra cosa sería decían los soldados,  que se   sentían impotentes ante el enemigo oculto que de pronto saltaba para  hacerlos pedazos,  era  terrible y casi lloraban cuando evacuaban a  un soldado que  caía en una mina; ver sus gestos, asimilar su dolor,  tocar su sangre,  escuchar sus alaridos  de dolor, los hacia salvajes,  prestos  buscar venganza con el primero que encontraran y sin preguntar mucho. Para  tener ganas y valor había que  hacer de tripas corazón  y se ayudaba Misael con prepotencia, soberbia, desprecio y balas. A más balas tiraba, mas  valiente se sentía; se sentía seguro Misael cuando aplicaba las artes aprendidas, y contaba mil anécdotas sobre los  campamentos  de terengos destrozados, guerrilleros abatidos, Misael era un patriota y así se sentía; por eso exigía respeto, era un veterano, de los que habían ayudado a salvar a la patria de las garras comunistas. ¡¡¡ahh días aquellos¡¡¡  entonces si valíamos pensaba,  entonces si mandábamos se decía en su fuero interno,  pero estos civiles chucos, analizaba, todo joden, ya será el día que regresemos los militares, que si sabemos poner orden. 
Las experiencias de la guerra habían convertido a  Misael en un hombre  duro, fuerte; sus años en la milicia le habían hecho  gallito chinguero; no podía ser de otra manera si  los cursos de sobrevivencia que recibió eran  de verdad cursos de sobrevivencia; Misael no se arrugaba ante nada ni ante nadie,  para eso había ido a la guerra; ahí mismito donde asustan y había hecho cosas, muchas cosas, de las que no hablaba, sino cuando estaba tragueado. Entonces lloraba a moco tendido, los fantasmas se le aparecían. Por lo demás era un campesino común: hacía la milpa,  era picaflor, montaba en su caballo viejo, contaba historias, bailaba  al son de los corridos norteños, comía frijoles sancochados con cuajada y cazaba garrobos, para  comer su esencia.
Su honor, le impedía aceptar un insulto, o hacer algo malo conforme su propio código, no molestaba para que no lo molestaran, hablaba poco, y cuando hablaba, hablaba bien, de la milicia le quedo el gusto por  tener un cuerpo atlético y una pulcra manera de vestir;  tenía ya  cuarenta y cinco años, pero no se le notaban; sus dotes de líder, sobresalían a la hora de los partidos de futbol,  donde  agarraban el mando y ordenaba  los partidos como si fuera una maniobra militar; Misael vivía bien  y a su modo y manera era feliz. Así pensaba Misael, y era estricto y disciplinado e esa forma de  pensar,  así manejaba a su familia, con régimen  casi militar, en completo orden y con disciplina y así iba poco a poco prosperando.
Por su  formación, por su  vida, por su estilo eso que había hecho Gustavo, era imperdonable,  ese civilucho desordenado, mal educado se las pagaría, se sentía  amparado por la razón; era imposible dejar pasar esa ofensa; pues su honor había sido puesto en entredicho.
El escupitajo, que originó aquella disputa, no iba dirigido a la humanidad   de Misael; Gustavo, no tenía ninguna mala intención. Solo que la costumbre pudo mas en Gustavo y  como siempre lanzó la escupida a un lado de la calle, con tan mala suerte que   esa vez, por acción de la fuerza del impulso y de la brisa  fue a dar de lleno en Misael.
Misael no entendió porque  Gustavo lo escupió, quizás la tenía contra él porque  un día antes  se había cuantiado  a  la cipota de Gustavo. Y el ver mancillado su honor;  no esperó mas y se dispuso a castigar al impertinente, sin preguntar nada. La sangre le  hervía, el machete habló por él y atacó a Gustavo, quien sorprendido, se defendió como pudo, hasta que Misael cayó al suelo y quedó indefenso.
Apoyados en el cerco  de púas estaban platicando, tres campesinos que al ver como  le cayó la escupida a Misael,  se pusieron a reír, a carcajada limpia; eso provocó que Misael se encachimbara más, y se reían aún más cuando vieron levantarse a Misael del suelo, con toda su humanidad golpeada, sudoroso y  sucio;  hoy si te jodieron, le dijeron los tres campesinos, este Gustavo si que  te la hizo le decían. Misael no contestó, agarró su sombrero, se sacudió el trasero,  se metió el machete  bajo el sobaco y se regresó por donde venía: camino a su casa a limpiarse. Su corazón latía, el sentimiento de rabia e impotencia; le hacían  pensar en la dulce venganza.
Gustavo en cambio, a pesar de sus  cuarenta años, nunca fue al ejército, por suerte nunca lo reclutaron, y los guerrilleros  no se cruzaron por ahí en toda la guerra;  así que  no sabía lo que era un combate,  no sabía lo que era arriesgar el pellejo, como otros; nadie le había enseñado nada, su único maestro había sido su papá que a fuerza de chilillazos le había enseñado a cultivar la tierra, mamá no tenía, pues se había ido a la ciudad cuando el era chiquitito y nunca mas se volvió a saber de ella,   era un campesino cuarenton y soltero,  analfabeta de modales rústicos que  trabajaba de sol a sol,  no era sociable, su vestimenta era descuidada, su sombrero sucio y viejo,  mas útil para el basurero que para la cabeza; Gustavo en realidad era apacible, no se metía con nadie;  y nadie se metía con él, pues su fama de fuerte era  bien dada, todo mundo recordaba cuando dobló un enorme torete a puros músculos, dejó al torete tirado en el suelo; después de asfixiarlo doblándole el pescuezo.  Eso no era extraño porque se  ejercitaba día a día con las cargas de leña que rajaba en el patio de su casa, leña que vendía para  hacer un par de pesos como decía.
Los modales de Gustavo no eran finos, y la costumbre de escupir, la tenía desde pequeño, la había aprendido viendo a su papá. Eso si; aparte de eso Gustavo era respetuoso, nadie podría pensar que  el escupitajo a Misael, fue por hacerlo.  Eso fue accidente; mala suerte.
Por eso fue que Gustavo una vez que Misael cayó rendido al suelo, no lo golpeó ni le hizo nada mas que aplicarle la fuerza necesaria para inmovilizarlo;  y una vez que Misael se quedó quieto, le dejó ahí; no le ayudó a levantarse, pero tampoco la emprendió contra él: simplemente lo dejó ahí, tirado; a la visita del público que poco a poco se había acercado a ver  la rara pelea,  en la cual  Misael se iba con todo y Gustavo, solo se  quitaba los machetazos,  ya saltando, ya agachándose, barriéndose en el suelo, o  poniéndose tras un árbol para lograr protegerse.
De todas maneras Gustavo comenzaba a encolerizarse también, pues según su parecer no había razón para recibir semejante ataque, no entendía porque había reaccionado así el  Misael, pero se contuvo, haciéndole honor a su paciencia  y se fue  sudando  de ahí, pues no fuera   que el problema se  agravara;  así es que  dejándolo  en el suelo, se  retiró, rápido y callado; además la noche iba entrando, y así como estaba la cosa  no  era conveniente estar en la calle.
- Gustavo le dio verga a Misael.- fue el cuento  de todos los habitantes del cantón toda la semana.
- y quien putas lo manda a oponérsele a Gustavo.- dijo otro
-Si el Gustavo no tuvo la culpa, decían unos.-
- Huevos, de hecho le tiro la escupida, dijo un morboso
Una vecina no dejó pasar el incidente, para contar con pelos y señales como había visto cuando Misael se cuentiaba a  Marinita, la cipota que  desde hacía meses andaba con  Gustavo, y  ahí encontraron la explicación fácil a la escupida. Es que  Misael solo de picaflor trabaja dijo  alguien, y sostenía a renglón seguido;  que había tenido que pararlo en seco,  cuando andaba queriendo  enamorar a la hermana. Pero cuando Misael pasaba, nadie decía nada, todos guardaban silencio, aún así Misael se daba cuenta de las habladurías y eso le  ponía mas sal a la herida, le hacía crecer más las ganas de desquitarse, de hacer pagar al cabrón de Gustavo, rumiaba venganza, atizada a fuego lento por la gente, que hablaba quedito, suave,  pero que empujaba a  Misael a reventar.

II
Las cosechas  pintaban bien,  los frijolares y maizales  reverdecían el ambiente y el futuro de aquellos campesinos, Gustavo particularmente   rebosaba de felicidad, pues pensaba que ahora si podría vender una parte y salir de los apuros en que estaba, y se iba a casar con la Marinita, al entrar el verano; aunque algo le afligía la exigencia de la Marinita para que se acicalara un poco; pues el no estaba acostumbrado a andar de tipo, pero me va a tocar pensaba Gustavo, mientras sonreía  al acordarse  de los jueguitos coquetos y toqueteos que había tenido la noche anterior con Marinita.
Suerte que don Agapito, el prestamista, era su padrino, sino ya ni la tierrita tuviera; pero le había hecho la esperita, pero ahora si saldaría la deuda  y hasta una chascadita  de más le daría en agradecimiento, pensaba Gustavo.
Misael también  tenía de que alegrarse; ahora si le había atinado pues  sembró bastante, aunque tuvo que pagar peones, pero según veía iba a salir bien con todo y  le quedaría para comprarse una vaca parida. Su mamá achacosa y vieja que apenas caminaba le ayudaba rezando a buena mañanita para que a Misael le fuera bien; y también rezaba por el hijo de Misael, que con siete años vivía con ellos, después que su mamá había fallecido.
La vida de aquellos campesinos, era año con año la misma: sembrar la milpa, ordeñar las vacas; sobrevivir, hacerse una casita donde vivir, comprarse un terrenito donde  cultivar, la ambición de cada uno de ellos llegaba hasta eso; las demás preocupaciones eran accesorias, sobre todo ahora que no había guerra, más de alguno se iba  para Estados Unidos, buscando  hacer un poquito más; pero en el cantón donde vivían la mayoría, había decidido quedarse, y vivir como vivían, confiando en Dios; pues en nadie más podían confiar, en que el año siguiente o en la cosecha siguiente les iría mejor; no había mucha diferencia con la vida que habían vivido sus abuelos; la manera de ganarse la vida era lo mismo; solo que ahora costaba más, y lo sentían,  por eso seguido se  acordaban de su niñez; pues añoraban aquellos días felices,  que en comparación con los de ahora eran  días de  paz y tranquilidad.
Caminaba Gustavo cuesta arriba, chiflando una canción cualquiera, rumbo a su casa; en aquella tarde que amenazaba lluvia; por eso se había ido de la milpa mas  temprano, para evitar mojarse si llovía recio, llegando al cantón iba cuando comenzaba a caer una que otra pringa de agua; por eso apretaba más el paso en la idea de llegar a la casa antes que la lluvia se cerrara, saliendo de  la cuesta del camino iba,  cuando vio asomar a Misael que venía  por el mismo camino a encontrarlo de frente. Hacía ya  una semana que se habían revolcado;  todavía  tenía Gustavo  la seña en su brazo del pellejo que los machetazos de Misael le dejaba caer,  Gustavo  dejó  de chiflar, siguió caminando, a paso mas lento,  pensativo y serio, como queriendo adivinar que haría Misael  al encontrarlo, ahí en el camino,  solito,  sobre todo  con la espinita que se sabía que  tenía Misael.
Misael,  que venía contento  caminando cuesta abajo, no se había percatado de quien venía para arriba, llegando al cantón,  cuando se percató su cuerpo se puso tenso, aminoró el paso, apretó la cacha del corvo con fuerza, y levanto la vista amenazadora, que se le ponía vidriosa,   mientras apretaba los labios, como evitando  que se le saliera una maldición. Ahora es cuando dijo, me desquito porque me desquito; en esas estaba; cuando  la voz de una   joven interfirió con sus pensamientos y le hizo volver a ver a quien le había hablado, la joven  a gritos le   recordó que  quería  cinco botellas de leche; contestándole estaba Misael mientras   Gustavo  paso  a la par suya,  callado, sin saludar, sin hablar, Gustavo; que  habiéndose percatado de los gestos de  Misael, apuró el paso, y aprovechó, que hablaba con la muchacha, para pasar de largo,  ganando  cuanta distancia podía, pues en el fondo, adivinaba, que Misael,  quería  problemas, y  él de verdad no quería pleitos.
Misael se desconcertó  pues creyó que  ahí iban a toparse; no pensó  que Gustavo se hubiera apurado por cobardía; ni se explicaba porque lo evitó, pero no le importaba, en otra ocasión  sería.
Siguió su camino a  ritmo lento  recobrando poco a poco su respiración normal, pues unos segundos antes, había sufrido el impacto de sentimientos fuertes  como lo era el deseo de  pelear y cobrar venganza; se perdió camino abajo con sus pensamientos  y deseos.
Llovió recio, el cantón durmió bajo la incesante tronadera, el agua corría y las gentes se resguardaban en sus casas, ninguna bola de cristal, podía  anunciar que sería lo que el día siguiente pasaría, pues la mayoría, en lo que pensaba era en la misa de las seis de la mañana, pues era día domingo; día  de Dios..
Misael no pudo más, y ojeroso como estaba por el desvelo en que lo habían sumido sus pensamientos se levantó temprano salió con el  corvo bien afilado, de hoy no pasa ese cabrón se dijo, me lo acabo porque me lo acabo se repitió entre dientes, como en mis tiempos de soldado, pensó, mientras una sonrisa siniestra  entre salía de su rostro desdibujado por una tristeza infinita, de la que no se daba cuenta; no va a quedar nada de ese se decía, y saliendo al camino por donde sabía que pasaría Gustavo  para la misa  del domingo, se quedó tras un palo de chaparro, que lo cubría. Esperó con paciencia, cuando vio que venía Gustavo, platicando con Marinita, su novia, enternecidos, dueños de su mundo, sin ver a nadie, pues estaban en lo suyo. Saltó Misael,  furioso, y esa vez vio bien,  los dos cuerpos cayeron  rodando unos metros abajo, deteniéndose en el cerco de piedra;  Marinita quedó doblada, sangrando a borbotones de su corazón, mientras que Gustavo, estaba descabezado, callado para siempre.
Se fue huyendo Misael; la venganza le había hecho perder todo. En el cantón, todo mundo decía: fue por el escupitajo, pero no fue por la escupida;  fue por todo: Misael era hombre de bien, trabajador, orgulloso de su pasado,  a su modo un patriota, fue la forma en que le enseñaron a resolver los conflictos que se le presentaban, la manera de concebir la vida y la justicia que aprendió  en el ejército en aquella dura época de guerra, el sentido del honor, un honor despojado de su contenido y rellenado con amargura, arrogancia, prepotencia, insensibilidad, con un falso sentido de dignidad,  un honor que fue mancillado por un don nadie, pues el menosprecio era también otro sentimiento que anidaba a flor de piel en Misael, y  además el desprecio que sintió, al ver que Marinita prefería a Gustavo; toda esa canasta de  sentimientos, hicieron que la ira fuera quien mandará en su cerebro. La cosa era simple: la humillación requería venganza; y así fue pues para eso estaba hecho, para eso estaba forjado.
El escándalo cundió en el municipio: los policías llegaron, vieron  trabajaron la escena del delito, aplicaron técnicas científicas,  embalaron  la prueba, buscaron testigos, tomaron fotografías,  el fiscal, medicina legal, todos hicieron su trabajo, profesionalmente, impecable,  los periodistas llegaron; tomaron imágenes, reportearon; preguntaron a los vecinos, se deslizaron hipótesis; y en algunos medios se dijo que era crimen pasional: El cantón fue famoso ya que salió en los noticieros.
Para el fiscal estaba claro,  el culpable era Misael, suficientes indicios lo señalaban; la policía lo buscó en el termino de flagrancia, pero le fue imposible encontrarlo: ¡¡Como lo encontrarían si  Misael era comando.¡¡
En la casa de Misael, mientras tanto, una viejecita ciega, con bordones, lloraba en silencio… de ella nadie se acordó. A Gustavo lo enterró la gente caritativa, pues no tenía familia y marinita fue llorada a mares por sus papás que veían en ella una esperanza. Una esperanza que les fue arrebatada por Misael, que  de ahí en adelante era un prófugo de la justicia.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Nosotros que fuimos guerrilleros; y que igual nos trataron de terroristas; vemos asombrados, como se dibuja y desdibuja el panorama actual de nuestra latinoamerica; nuestra patria grande a decir de Bolivar y de Martí.

Nos aflije sobremanera Colombia; que a ciencia y paciencia de todos se desangra: Si El Salvador es el laboratorio gringos en cenetroamerica, Colombia es el de Sur America.

Noticias cruentas nos llegan a diario de aquel hermano páis; Macondo infernal es aquel pais; Cementerios Gigantescos, Falsos positivos por doquier, bases militares, guerrillas eternas...

El Mono Jojoy; muerto en bombardeo realizado nada mas y nada menso que por mas de 30 aviones de combate y 30 helicopteros, increible; La guerra llevada a la tercera dimensión; inauditos esfuerzos para exterminar  a una guerrilla  que aguanta ya mas de 40 años; y solo esa resitencia es ya una victoria, La vida del Mono Jojoy, fue de guerrilla, 50 o 60 y tnatos años... Solo en Colombia... solo ahí una guerrilla puede retener a sus prisioneros por años.

Esa guerrilla, objetivo predilecto del Estado colombiano,  ha sufrido los ultimos años el desapecimiento se varios de sus lideres; esa circunstancia  mas la guerra sicologica,  son al extremo, explotadas por el Estado Colombiano para exigir la rendición de esa guerrilla.

No es probable que  esa guerrilla se desarticule, a se desmovilice en desbandada; no será así porque esos colombianos rebeldes han hecho de  la guerrilla un modo de vivir y de resistir. Su lucha seguirá: y no cejará hasta que los demas estados de latinoamerica; le planten cara a un Estado Colombiano; que buen negocio hace de la guerra; Si hasta que eso pase, porque los guerrilleros colombianos, tiene una paciencia infinita...

El mono jojoy, que es un trofeo de Guerra para los militares y El Estado Colombiano; pero tambien es un heroe para buena parte del pueblo cColombiano y de Latinoamerica; pero eso no significa  que someteran a las FARC a las Horcas Caudinas... Un combatiente cayó... viene la recomposición.... la salida visto el Panorama, sigue siendo la Negociación...

No nos queda mas que brindar aliento a los patriotas colombianos, a todos esos que queiren la paz, con justicia.


¡¡¡vivan los martires colombianos¡¡¡¡

miércoles, 4 de agosto de 2010

CANDIDATURAS INDEPENDIENTES.

La Sala de lo Constitucional de la CSJ, ha emitido una sentencia de obligatorio cumplimiento, que está relacionada a  las candidaturas independientes. Tal sentencia es  histórica, en tanto que  sacude los cimientos sobre los cuales está asentado  el sistema electoral del país.

Y es histórica porque se ha salido de los parametros que  los partidos politicos del país han querido mandar a la  Sala de lo Constitucional. En esta democracia burguesa y electorera, de cuando en cuando suceden hechos  que  se les sale de control y mal que bien, les obliga a transparentar más el juego; o a   evidenciarse con el mayor cicnismo del que pueden ser capaces; al amagar con reformas constitucionales  que pretenden burlar la sentencia, que amenaza el origen mismo de su poder; o al amenzar como cipotes a los que se les quita el juguete, con destituciones  de aquellos que  en el uso del derecho burgues mismo han osado emitir tal sentencia. El tiro les ha salido por la culata; y nos regocijamos por ello.

En esa historia hay hechos que es pertinente, en todo caso; evidenciar y denunciar:

1- Sucede que la Asamblea  fue informada por alguien, desde antes que se notificara y se hiciera pública; sobre los terminos en que la sentencia saldría. Esa circunstancia  nos lleva a  determinar  que el Organo Legislativo,  le hace "Inteligencia" a la Corte o a la Sala; es decir "La Espía". Implica eso que hay personas en la Corte y en la Sala de lo Constitucional que antes que trabajar para esas instancias, trabajan para algún diputado de la Asamblea, o peor aún  trabajan para algún partido politico; lo cual es una evidencia de  que tan torcidas andan las  cosas en nustra "incipiente" democracia. Creería que en ese hecho, de filtrar una sentencia de  la Sala, hay delito.  Carcomida está, ésta democracia; carcomida y esto que es incipiente y que nos enorgullecemos de ella.

2- Dicen que dicen que los diputados, al conocer de que los magistrados, se estaban saliendo del huacal; rápidito; fueron donde ellos, quizas, sin audiencia y les "Pidieron" que repensaran la sentencia, y que  dieran marcha atrás. Los diputados que desfilaron   por los pasillo de la Honorable Sala, para tal propósito fueron de todos los partidos politicos. De todos;  lo cual inlcuye a Arena y al Frente.

3- Los Magistrados,  se negaron a desdecirse,  aún cuando la petición llevaba, dicen los fuertes vientos, implicitas y de repente explicitas amenazas de destitución; y seguramente se negaron a echar para atrás, por un valor que existe y  que es raro en los politicos, pero valioso para los hombres del derecho (aunque algunos no la tengan) y sobre todo para los magistrados de la Sala, cual es el valor de la Reputación.  

4- La Asamblea; torpe, cual borracho que va arando la calle, se va a su Augusto Recinto; y violenta su sagrada misión, con más vulgaridad y menos recato del que pensabamos; y reforman la Constitución, para neutrañizar los efectos de la Sentencia. Soberbia, Capricho, Irrespeto al Soberano; Marrulleros. Pérfido intento;  Estupidez exhibiendose.

5- Los medios de comunicación, vienen y titulan, frases como esa de "Choque de Poderes", y van  esforzadamente creando opinión; pero no hay tal: La gente; acatando el derecho Burgues, sabe que la sentencia de la Sala debe cumplirse; y si eso supone que yo veré la caratula del candidato por el cual votaré; me supone ventaja, pues sabré a quien exigir, y por quien no votar en caso  no responda a las expectativas  que me vendió para conseguir mi voto.


En fin la sentencia de la Sala de Lo Constitucional;  cambia y mucho, el dibujo electoral del país: facilitará la escogitación concienzuda y razonable del pueblo   y solo habrá Ciros, Parker, Sigfridos y similares, solo si el pueblo quiere circo.

Si el frente es del pueblo y estä con el pueblo, debe sin cortapisas, pujar porque la operativización de esa sentencia  responda al espirítu bajo el cual ha sido emitida; de no ser así; no me quedará mas remedio que decir: se los dije; el frente de ahora; que no el histórico, es un partido electorero; y  de ser así vale la consigna aquella que rezaba ¡¡¡ electoreros al basurero¡¡¡





martes, 20 de julio de 2010

Vh nos sigue diciendo:
El hombre nuevo: el marero. La nueva sociedad: las maras

La institucionalización de la moral marera: incapacidad y parasitismo (continuación)

Muchos son los programas y diversas las entidades gubernamentales y no gubernamentales que están involucradas en el fenómeno de las maras, pero ninguna de estas ha tenido hasta el momento el mínimo resultado. Contrario a lo que dice Manuel Melgar, ministro de Justicia y Seguridad Pública, sobre el control del problema y de la eficiencia y eficacia de los planes, la realidad nos demuestra, nos confirma y reafirma cotidianamente con hechos fatídicos que vamos en rotunda caída a peores condiciones en cuanto al estado de sitio impuesto por las maras a los sectores populares.

Por otra parte, en lugar de crear y construir soluciones se han dedicado a darle importancia y recursos a la burocracia construida alrededor de la crisis de las maras. Una burocracia que no es más que un modo de hacer dinero, obteniéndolo a través de préstamos y donaciones internacionales para sostener y financiar las distintas instituciones gubernamentales correspondientes al caso, sin que estas hayan mostrado resultados.

También funcionarios de una buena mayoría de entidades no gubernamentales se han enriquecido o han hecho su modo de vida, de empleo a través de la gestión y captación de fondos de la cooperación internacional amparadas a la justificación de que trabajan en acciones o programas paliativos o de búsqueda de solución al problema, las que igual que las de carácter estatal tampoco pueden demostrar su eficiencia y eficacia.

Lo que en realidad ocurre al respecto es que del dolor, del luto, de la zozobra, de las incertidumbres y de la muerte consuetudinaria del pueblo han hecho un negocio favorable a sus intereses personales. Las entidades son un medio para la captación de fondos que luego se despilfarran y malversan de mil maneras dentro de la burocracia, pero logran encubrir la verdadera intención de no enfrentar frontalmente el problema porque se ha convertido en una fuente de dinero.

El gobierno actual —como los gobiernos anteriores—, el único recurso que ha encontrado disponible para enfrentar el fenómeno y enfermedad de las maras es la propaganda, la que en el fondo es un modo de encubrir la incapacidad de los funcionarios e instituciones.

Si bien es cierto que la burocracia no ha sido erigida en este gobierno, está siendo soliviantada por este y por sus funcionarios de todo nivel, jerarquía y tiempo, dentro de un laberinto de burocracia que constituye una oportunidad para darle qué hacer a muchos que no tienen la capacidad, el interés ni la voluntad de resolver el problema, pero que son capaces de adular, de sobar lomos, de prestarse a designios, a voluntades, a intereses personales y políticos, a arreglos partidarios y pactos vulgares.

Cuando Melgar, Funes y su gabinete, parte de la dirigencia del fmln y diputados de este, consideran que el problema de las maras está bajo control y que todos ellos juntos han hecho mucho, han impulsado planes cuyos resultados aunque no sean evidentes los catalogan de contundentes, es porque ellos no viajan en bus ni microbús. No almuerzan en los comedores populares que pagan extorsiones, no van a comprar o fiar a las tienditas que pagan cuantiosas rentas. No viven sitiados por las maras. Bueno, por las maras de las zonas marginales, las comunidades y las colonias populares.

El hecho de que Melgar y Funes utilicen los mismos vericuetos, estratagemas propagandísticas y poses gastadas de la derecha, de arena, a la hora de exponer sus supuestos logros o de informar o pronunciarse sobre los hechos de violencia, de justificar y a la vez negar el incremento desmesurado de homicidios manifiestan la carencia de una comprensión, de una concepción, de un conocimiento, de una conciencia, del compromiso social imprescindible para enfrentar este cáncer social que está asesinando paulatinamente al pueblo.

El más grande y abominable crimen terrorista del pasado 20 de junio sufrido por nuestro pueblo en Mejicanos a manos de las maras, deja en evidencia no sólo la indiscutible incompetencia, ineptitud, falta de idoneidad y mediocridad del funcionario a cargo de la entidad de Justicia y Seguridad Pública, sino de toda la estructura gubernamental, estatal y legal, y sobre todo la indiferencia de éstas ante la problemática.

No pueden argumentar o no se les puede creer —aunque algunos de la izquierda se atreven a insinuar esta falsedad— la argumentación, la justificación de que la masacre del 20 de junio así como el incremento desmesurado de los asesinatos y actos criminales diarios de las maras obedece a un plan, a una campaña política premeditada de desestabilización a la que está siendo sometido el actual gobierno.

Esto nos lleva a la conclusión de que para estos sectores tienen más importancia los réditos políticos y la acumulación de votos que pueda hacerse sobre la base del tema maras para la campaña electoral, que imbuirse en la problemática.

Hay quienes han llegado incluso a insinuar que el propósito de este incremento de crímenes es derivar en un golpe de Estado en virtud de la incapacidad del gobierno para enfrentar la problemática. Ambos argumentos traen intrínsecos más bien llamados electoreros para cerrar filas partidarias contra la derecha —contra arena— y un despiste premeditado por parte de la dirigencia del fmln para mantener la distracción de la militancia de izquierda y de la gente frente a la realidad de la incapacidad del gobierno y el Estado en general, de haberse ya encaminado en soluciones que vayan demostrando con avances concretos que se tiene al menos idea y voluntad de cómo enfrentar a las pandillas y el crimen organizado.

Decimos que al menos se debería tener idea cuando no un plan, que es lo indispensable. Hasta el momento no se ha escuchado ni sabido sobre un análisis e interpretación oficial seria y profunda, un enfoque o punto de vista gubernamental acerca del fenómeno porque no lo tiene. No poseerlo implica estar perdido, porque un mínimo análisis que identifique, que dé una idea de lo qué es el problema permite tener un punto de partida. Ningún plan puede partir de la nada.

El acercamiento al problema o la problemática define una concepción sobre este, y permite dilucidar el rumbo o los rumbos para enfrentarlo, las estrategias para abordarlo. Lo que hasta hoy hemos escuchado y ha llegado a nosotros como información es lo mismo que la derecha, arena, ya ha planteado reiteradamente desde hace dos gobiernos anteriores. Los planes también son idénticos en muchos de sus aspectos. Es como que estuviéramos escuchando a arena, a los presidentes anteriores, a René Figueroa como ministro de Justicia y Seguridad Pública, y al coena refiriéndose al tema cuando lo hace la dirigencia y diputados del frente.

Ni siquiera en esto ha habido cambios. Ni siquiera en las ideas al respecto se perciben cambios. Ni siquiera en la propaganda hay cambios de enfoques, de mensajes. Estamos frente a una auténtica carencia de creatividad y falta de ideas propias. En general, nos encontramos bajo la misma forma de administración de arena, bajo los mismos mecanismos de gobierno de la derecha.

Aunque es cierto que en cuanto al abordaje del problema de las maras —que ya se ha convertido en un asunto crítico de seguridad nacional, seguridad pública y seguridad ciudadana—, medra el factor de oportunismo político del que está queriendo sacar provecho la derecha a través de sus instituciones partidarias, sus medios de comunicación dominantes y su prensa propagandística, y aunque haya sido engendrado y criado por ésta, también es cierto que las maras no son un imaginario, sino una realidad palpable, sufrible diariamente que se halla profundamente arraigado más allá de la mera manipulación política-partidaria y electorera, al que la gente está esperando que se enfrente adecuada y efectivamente, cuya única medida de evaluación serán los resultados que se evidencien en la vida diaria de los habitantes de las colonias, zonas marginales, comunidades y las calles.

El hecho de que se pretenda manipular con la idea de que el problema de las maras está sobredimensionado por los medios de comunicación a razón de considerarse como estrategia de ataque informativo y manipulación política de la derecha —es decir llevado a propósito al extremo o la exageración de su existencia y sus acciones—, y que la dirigencia del fmln, sus diputados, y los funcionarios y gobierno de Funes se sostengan y cobijen con que además es producto de la derecha no es más que un ardid soberbio de reducir todo al plano electorero.

Las maras nunca han sido un problema electorero tal como lo abordan las dirigencias del fmln-arena, a pesar de que ambos partidos lo manejen desde esta perspectiva en sus campañas y en sus estrategias discursivas al interior de sus militancias y activistas, echándose unos contra otros las culpas con el afán de ganar mejor posicionamiento sobre el tema. Las pandillas tienen carácter social y cultural, y legal, y es un asunto de vida o muerte diaria del pueblo.

Actualmente, el gobierno y sus instituciones están actuando con su propaganda idéntico a como lo hacía la fuerza Armada en el tiempo de la guerra. Tónica que continúo por todos estos años anteriores con arena ya respecto a las maras: una propaganda de guerra sin combates, una guerra sicológica sin enemigo concreto, una propaganda y guerra sicológica destructiva de la moral social porque en el terreno de la realidad ha sido infructuosa, sin resultados.

Con que se haya capturado a quienes cometieron el acto terrorista del 20 de junio, y que se nos presenten muchas otras más acciones policiales de capturas con el afán de inculcarnos tales operativos como grandes logros, lo único que deja demostrado es que se pretende abobar las mentes y despilfarrar el dinero regalándoselo a los medios de comunicación de Eserski, no resolver el problema.

La investigación, persecución, captura y trabajo diario de combate a la delincuencia y crímenes de las maras va muchísimo más allá de los operativos policiales —aunque tenga esta laboral de la PNC una importancia fundamental y deba reconocerse la delicada y arriesgada tarea de los buenos policías—, porque la problemática de las maras tiene su génesis en la familia, en las casas, en las esquinas, canchas y lugares públicos de las colonias, las comunidades, en las zonas marginales, en la economía informal de las calles, las escuelas, en las relaciones amistosas, en los grupos y colectivos sociales, es decir en las formas y contenidos en que se construyen los entramados de la reproducción social y cultural de los hábitos, interacción e intercambio de costumbres y relaciones, o sea tiene origen en por qué y cómo reproducimos valores, principios y humanidad desde la familia hasta las demás esferas sociales.

Las canchas, otrora considerados recursos idóneos para reducir el riesgo social de niños y jóvenes de que se involucraran en las maras vía el entretenimiento y esparcimiento sano, ha dejado de tener validez, ha dejado de ser una panacea. Las canchas, por el contrario, se han convertido en un terreno de planificación de operaciones delictivas y crímenes, de reclutamiento y de muerte. Esto significa que no es sólo con infraestructura, entre esta las cárceles, que se precisa combatir el mal. Estas ideas, estos medios como perspectiva de solución, son insignificantes a la hora de abordar la problemática.

Por otro lado, la verdadera eficacia, efectividad y eficiencia del trabajo policial es sólo posible dentro de esa dimensión del problema, combatiendo lo que le corresponde desde sus competencias, desde sus trincheras, y con los medios, formación y preparación de capacidades y recursos humanos idóneos para hacerlo. No puede ir más allá, aunque quisiera.

Por ejemplo, solemos culpar a la policía porque los delincuentes y asesinos mareros ya sean mayores o menores de edad quedan libres de cargos y se pavonean entre el vecindario con sus escarapelas ganadas en cada delito, con cada asesinato, con cada asistencia impune ante los juzgados o cárcel, y este ya no es el terreno de la PNC, sino de las instancias incompetentes de la Fiscalía y los Juzgados, y las leyes permisivas que alimentan la impunidad.

Sobre los procedimientos legales hay que poner una atención insoslayable y de prioridad, pero no única. Tampoco será el remedio que cure todos los males. Primero porque no existe un cuerpo, una composición legislativa, no existen diputados comprometidos con la realidad y vivencia social en quienes se pueda depositar la confianza y credibilidad para la formación de leyes adecuadas al momento histórico y que partan de investigación, análisis e interpretaciones jurisprudenciales y éticas exhaustivas surgidas de nuestras propias realidades y necesidades, que son las condiciones indispensables para la formación, creación y surgimiento de una ley. Uno porque no hay capacidad para esto entre los diputados, y luego porque no hay verdadera voluntad por parte de ninguna de las dirigencias de los partidos políticos, y por último porque el actual gobierno ya demostró que está en iguales condiciones y circunstancias que los otros.

Sino veamos la incompetencia, ineptitud y carencia de voluntad de cumplir con sus obligaciones por parte de la Fiscalía, no sólo en cuanto a las maras de las colonias y comunidades, sino también con relación a todos los otros temas de interés nacional.

Pero, ¿por qué la entidad está bajo estas condiciones de negligencia, displicencia y encubrimiento? Porque el fiscal general es el resultado de transes turbios, amañados, connivencias, pactos vulgares y de intereses de grupúsculos entre Funes, arena, Cristiani, Saca, gana, pcn, pdc y la dirigencia del frente que se encerraron a decidir al respecto sin tener en cuenta la realidad y necesidad de la sociedad. Idéntico fue el proceso para la elección de la Corte Suprema de Justicia, de la Sala de lo Constitucional.

Por esta verdad es que no puede ni la dirigencia del frente ni los diputados de este partido ni el gobierno de Funes ni sus ministros y funcionarios de segundo nivel apoyarse en que la negligencia, incapacidad y falta de voluntad de estas instancias se deba a que responden a los intereses de la derecha, de arena —aunque esto es cierto, es real—. No deberían ni siquiera mencionarlo porque son ellos quienes los llevaron, quienes los tienen allí, quienes por propia voluntad los pusieron allí, son culpables, cómplices y hechores de ese desastre.

En pocas palabras son actores intelectuales y materiales de una estructura de Justicia que se dedica a las injusticias en todas las formas habidas y por haber.

Por otro lado, si bien el fenómeno de las maras responde a una jerarquía y estructura más elevada que es el crimen organizado, las pandillas son también en sí mismas una estructura sólida que posee su propia naturaleza, su propio carácter, su propio albedrío, su propia dinámica de evolución que se ha cimentado ya con sus propias capacidades de organización y acumulación, sus propias capacidades de operación, sus propias capacidades de conquistar recursos, sus propias capacidades de infiltración en ciertas entidades Estatales como la PNC, Fiscalía y Juzgados.

El crimen organizado en cambio toca a otras esferas del poder, las de verdadera capacidad de decisión estratégica del Estado y del poder económico.

Las maras poseen su propia concepción de existencia. Una concepción que multiplican y que las hace acumular fuerza social a través de la organización, del reclutamiento. Su más importante y relevante capacidad de acumulación se halla en su potencialidad de mostrarse como una fuerza social viva, que vive y se reproduce a partir de introyectar, de inculcar una particular cultura socializadora.

Engendran y reproducen hábitos, costumbres, modos de socialización, modos de pensar, modos de interacción e intercambio sociales capaces de penetrar en la cultura y la sociedad, por medio de hipnotizar sectores sociales vulnerables a condición de encontrarse estos en carencia de principios y valores morales, éticos y humanistas como la solidaridad, como la justicia, como la capacidad creadora y transformadora de los seres humanos, como el respeto y el valor imprescindible de la familia, como la dignidad alcanzada por los méritos del trabajo, como la importancia transformadora de la educación y el conocimiento, como el respeto a la dignidad individual y colectiva, y como el del respeto a la vida, entre otros.

Sin una concepción de vida forjada y fundada en este tipo de principios que se demuestren, que se practiquen en las distintas dimensiones de la actividad individual, familiar, colectiva e institucional resultará imposible avanzar, por la vía del reemplazo, hacia la erradicación de manera paulatina pero sostenida de las maras en nuestras generaciones de niños y jóvenes.

Una sociedad injusta reproduce injusticias y produce interminable y indefectiblemente una sociedad injusta. Las maras son el resultado de una sociedad, de un modelo de sociedad injusta consolidada ya en un modelo de vida injusta en 21 años, que para que pudiera imperar había que destruir todo valor humano, ético, moral y social como el de la solidaridad, por ejemplo, que diera paso a que germinara el individualismo exacerbado, el desprecio a la vida de los demás y a las prácticas más despiadadas del parasitismo social.

En estas condiciones, la familia y la sociedad se convirtieron en terreno fértil para el cultivo de esta nueva sociedad: la de las maras. Los mareros no son otra cosa que el fruto, la cosecha de lo que hemos sembrado con la indiferencia social, y sus crímenes galopantes y consuetudinarios no son más que las ganancias que hemos obtenido en este país convertido en mercado de toda clase de mercadería de la moral más barata, chatarra, donde se vende sin tener el menor valor toda clase de mercadería electoral, donde se venden a granel toda clase de antivalores y se despilfarra la humanidad.

La permisividad social y legal juega un papel importante a consecuencia de haber mal interpretado una realidad de acabose tan absurda, donde el crimen y la delincuencia son premiados con grandes méritos y beneficios. La corrupción, las dirigencia políticas, los funcionarios públicos incompetentes y la casta de políticos de todas las variedades son premiados con aplausos y puestos de poder, igual que es recibido y premiado por sus clicas y por sus simpatizantes, por sus admiradores el marero al salir de la cárcel, quien con cada entrada y salida de la cárcel, con cada asesinato recibe una especie de condecoración que le arroga el mérito de escalar en la estructura a un peldaño más de mandamás.

De ahí mismo es que proviene la falta de importancia al problema mostrada por Melgar y Funes, que cuando se refieren a éste lo hacen sin el menor interés, lo que es de suma preocupación porque con ese comportamiento, nos están queriendo convencer de que las maras no existen y como que si no estuviéramos en condición de crisis.

Negar que es fundamental enfrentar estas cosas del presente que traen en su haber o que están construidas sobre la base del pasado, de un pasado reciente y presente que impera todavía al lado de ellos en las instituciones que dirigen y que se manifiesta por todas partes de la actividad social, y que además está siendo alimentado por ellos mismos en la actualidad con su incompetencia y con su falta de interés y con sus formas nefastas de administración pública, similares y muchas veces peores de cómo lo hizo arena, es una manera de decir no hay que jalar el hilo, no vaya a ser que se me deshile el calzoncillo. Dejemos en paz las cosas del pasado, ya no cuentan, ya son pasado. Allí se sepultan, se esconden las intenciones presentes y las tendencias del futuro. Así se cierran los asuntos vitales.

La actitud de ambos funcionarios, como de muchos otros y de la sociedad misma, es como la de quien después de algunas dolamas va al médico y al final de varios estudios le diagnostica cáncer en fase temprana, pero se resiste no sólo a aceptar el diagnóstico, sino a enfrentar el problema y a someterse a tratamiento. Cuando tiempo después vuelva al médico con la agonía de la muerte cercana, se va a enterar que ya es demasiado tarde y será imposible por innecesario siquiera tomar un tratamiento. Un cuerpo destruido, colapsado por metástasis sólo puede someterse a la espera de la muerte.