Esa imagen es la única que queda de él, en terminos materiales; porque en terminos espirituales Hectorito siempre esta presente en nuestras familias.
De pequeño, tuvo que huir junto a su madre y hermanas de la persecución del ejército, siendo todavía un niño, luego de que mi dsuegra Laura Lopez; fuera asesinada a mansalva por los soldados del Atlacatl, no tuvo más remedio que agarrar un fusil.
Destacó en el volcán, donde las fuerzas de las FPL, desarrollaban su tarea. Fue un combatiente aguerrido y murió combatiendo. Todos los veteranos de guerra que le conocieron le recuerdan con cariño y le conocen así; como "Hectorito".
Mi hijo mayor se llama, en honor a él, Héctor, y le decimos con cariño "Hectorito"
Mi hija pequeña, se llama Laura; en honor a mi suegra Laura Lopez; catequista de la zona de Guazapa.
Es imposible, con una historia así; dejar de lado nuestro pasado. Pese a ello; nos suscribimos, desde siempre en el pensamiento humanista del gran maestro y martir de la independencia cubana José Martí, quien en un lindo poema sintetizó todo su grandioso pensamiento, bajo el cual nosotros intentamos guarecernos y dice mas o menos así:
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca
Pero para el cruel
que me arranca
el corazon con que vivo
ni cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.
Por eso; no hay nadie capaz de poder cambiar nuestro pensamiento politico; el cual está salvaguardado por ilustres maestros como José Martí y como monseñor Romero, estamos cobijados bajo el sacrificio de nuestras familias que cayeron combatiendo el militarismo y la injusticia, nosotros mismos lo combatimos, somos los continuadores de nuestros martires.
Ahora que hay un gobierno de izquierda que promueve "el cambio", hay algunos por ahí; que en la época del conflicto si no nos combatían, deseaban nuestra derrota, o eran "neutrales", pero que ahora (y espero que no sea por arte de magia); han resultado se "leales" partícipes del proyecto de cambio. No comprendo de donde viene su catadura moral revolucionaria. Pobrecillos de ellos. No saben como se templó el acero.
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