martes, 12 de mayo de 2009

ENSAYO URGENTE SOBRE LA MUERTE
"La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos".
Epicuro.

Pensar seriamente en ella………………………..cualquiera creería que al escribir lo anterior es el inicio de una historia de amor, en la cual el galán; cuenta cuanto y como quiere a esa mujer que le ha deslumbrado; Pero no. No es la entrada a una historia de amor; se trata mas bien del inicio de un relato personalísimo sobre la interiorización de la muerte o del fenómeno de la muerte. O más que de la muerte se trata de la vida y de la muerte; que es un binomio más matemático de lo que uno esta dispuesto a aceptar, debido a las connotaciones (más malas y misteriosas que buenas y claras ) que hemos estado dispuestos a darle.

Y digo que es un abordaje personalísimo, porque de lo que aquí se diga solo yo respondo; y claramente he de establecer que escribo sobre este penoso y difícil asunto en un momento en que siento una joroba inmensa a mis espaldas; cual es el hecho de cargar, con todo lo que pesan, mis angustias, mis miedos y otra vez mis culpas.

Me veo en una situación peculiar y feliz para hablar con voces duras, claras y fuertes sobre ello: arrastro el dolor suficiente y la desesperación adecuada que me libera del recato y la prudencia, de la ética de la responsabilidad; y me convierte en adalid de la irreverencia y de la provocación.

Así desnudo física y mentalmente, con mi cuerpo abrigado solo por la brisa de un pinar inventado, porque aquí donde creo estar solo hay zarza, teniendo por horizonte una cadena de montes, valles, montañas y ríos; que se arquean y se estiran alargándose innecesariamente, hasta perderse de mi vista, convirtiéndose sospechosamente en un punto lejano que evoca misterios jamás convocados, dejándonos en un estado sobrecogedor cercano al misticismo o a la locura. Y al bajar la vista se observa un precipicio de tantos metros de altura, que aconsejan el mas inmediato retiro, por el peligro que coquetamente ofrece. Así ese escenario invita a pensar con la seriedad del caso, en ella. En la muerte que equivocadamente nos presentan ataviada de negro, cadavérica y con la enorme guadaña que amenaza, cuando quizás su forma tenga la pinta de una modelo; que solícita nos da cariñosas y soñadas caricias.


Ahí, en ese punto del universo, con la tranquilidad del pre-rapto religioso; es fácil divagar de ella y con ella; pudiendo identificar con la tranquilidad de la misión cumplida la mejor manera de morir.

Y esa escogitación nos lleva a ilustrarnos con un poco de historia sobre la eterna muerte. Lo primero que ahora en esta tribulación nos acordamos es de los faraones egipcios, resultaron expertos en ello y acaso alguno de ellos quiso ser enterrado junto los sirvientes y soldados que le cuidarían y servirían en el mas allá. Los Aborígenes de esta parte; también hacían lo suyo al respecto, famosos eran los mayas por los sacrificios humanos a los dioses.

Las distintas formas de morir que he visto; son tantas y tan horribles, que nunca he podido pensar sobre ella con el respeto, paciencia y tranquilidad debidas; porque las maneras de morir que he visto me han hecho correr de ella tan lejos como he podido; por ello nunca he podido tomarle la mano agarrarle el pulso y llamarla como mi hermana.

Pero hoy estoy a punto de quitarme el temor que le tengo (porque no es respeto) y tengo ganas de reclamarle a los religiosos que pululan por esta tierra y quiero bajar mi carga y pasársela a ellos, pues son ellos quienes con sus enseñanzas y predicas me han subido todos esos prejuicios que ahora me atribulan y le tienen al borde de este abismo que les cuento; sin que me anime a tomar la decisión, que vendría a ser algo así como la decisión de mi vida. Son ellos los que me han saturado de miedos y que me han enseñado sospechosamente que la muerte es fea, cuando la verdad es que; probablemente tenga la imagen que yo le quiera dar. Y yo la estoy viendo bonita; como queriendo seducirme. Así como la veo dan ganas de tirarse a sus brazos, como la enamorada o el enamorado con su amada.

Nos han enseñado, no a respetar a la muerte sino a temerle, como si esta fuera el final de todo. Desde que tenemos uso de la razón la vemos de soslayo, por un ladito, como queriendo evitarla y pretendiendo evadirla. Y sabemos que no podemos hacernos a un lado y que de todas maneras llegará, pero no la esperamos, porque no la queremos y no la buscamos.

Y hasta la manera en que la hemos verbalizado, suena tétrica, decimos muerte y suena feo, mientras que si decimos vida suena hermoso. Pero eso es porque hemos unido lo lingüístico y lo sicológico dando como resultado esa conceptualización, que podría ser que sea equivocada. Terriblemente equivocada. Quizá el mayor acto de valentía del ser humano sea dejarse llevar, dejarse consentir por la muerte; y caminar con ella hacia esa otra faceta del misterio de la materia y del espíritu. Ejemplos sobran; desde la antigüedad vemos como grandes filósofos mantuvieron su verdad y su creencia aún cuando fueran condenados a morir, es de gran ayuda imaginarse a Sócrates bebiendo la cicuta. Y verlo cuando su cuerpo yacía en una litera muerto. No le tuvo miedo a la muerte y manteniendo su verdad decidió dar el salto, no quiso huir para mantener la vida, porque prefirió quedarse y mantener su verdad a costa de tener que dejar su cuerpo y marcharse con la muerte. Que hermoso cuadro, Sócrates muerto, decidió separarse de su vida, y no le tembló la mano cuando bebió la cicuta; pues de alguna forma que le quitaran la vida de esa forma era una forma también de que los otros murieran. Y de alguna forma el vive.

Cristo murió en la cruz y asumió la misión encomendada según la biblia con entereza, aunque en algún momento planteó la posibilidad de evitar la crucifixión que le llevaría a la muerte, cuando dijo “ Padre, si es posible aparta de mi ese cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” y esto que Cristo iba para la vida eterna.


Gandhi; murió asesinado; cuando el siempre predicó la resistencia pacifica.

Mas acá; en Costa Rica hubo un tal Juan Santamaría, que estando los filibusteros atrincherados en el caso de una hacienda, se ofreció a sacrificarse para prenderle fuego a la fortaleza y vencer así al enemigo que pretendía mancillar aquella patria, y se convirtió en héroe, ël que solo era solo el tamborilero.

Pero hay muertes de muertes; ¿te podes esbozar siquiera los momentos en que Marcial, Cayetano Carpio se quitaba la Vida?. Las circunstancias fueron espeluznantes y dolorosas; Imagínate el hombre acusado de un asesinato casi sacrílego en la humanidad de la gran Comandante Ana María; A este hombre, le pasó las de Sócrates; les obligaron a tomar la cicuta; en el caso de marcial, aún más oprobioso, le obligaron al suicidio involuntario; porque como van a creer que el iba a querer quitarse la vida; si lo que mas deseaba era conducir a las gloriosas FPL a la victoria. De aquí sale que hay hombres que mueren rodeados de oprobio. Estas muertes son dolorosas; la ignominia les rodea y la infamia.

Esta en nuestra historia reciente el fallecimiento de Alvarito; guerrillero que murió sin querer por supuesto en las estribaciones del volcán de San salvador, mientras cubría la retirada del campamento que había sido asaltado por fuerzas del ejercito.

Vemos que todos ellos fallecieron y salvo Sócrates y Marcial; asumieron la muerte antes que someterse. Cruel muerte. ¿ sabrán ellos a que iban? No. Seguro que no, solo sabían que el palpito del corazón les terminaría.

La muerte , pues, llega de la mano de cualquiera; te finjas en la muretes en las guerras; y en cada guerra las muertes son distintas; el miliciano de la república abatido por fuerzas franquistas es un clásico de la fotografía; el niño al que acecha el zopilote se llevó un premio y la vida del fotógrafo que la tomo.

Las mamás en El Salvador, cuando eran perseguidas por el ejercito, tapaban fuerte y por largo tiempo a sus hijitos para que no lloraran y el resultado era que los niños morían en los brazos de sus madres. A la mamá embarazada, en una masacre cualquiera, le sacaban el feto y por supuesto moría. Y al papa de Marvin los puñeteros lo secuestraron, mataron y desaparecieron y a Laura López la catequista de las faldas de Guazapa la mato el Atlacatl; que era emisaria de la muerte. Y Domingo Monterrosa también se murió.

Los soldados y guerrilleros de acuerdos a esto también se morían: Fíjate, iba Misael por la vereda del cafetal, cuando al llegar a un cerco de piedra, le sale un soldado, que agresivo y heroico le pone la punta del fusil en el pecho al guerrillero Misael y le grita ¿ quien sos vos? Y Misael; caído después también en combate, le grita aún mas fuerte Yo soy Tu muerte y aquel soldado desconocido murió. Misael, como bien le dijo; era su muerte.


Los sacerdotes también se Morían: Un balazo le asestaron a Monseñor Romero; Gerardi en Guatemala también murió; Rutilio Grande; Octavio Cruz, padre Neto barrera; y un montón de etcéteras por los religiosos que se murieron, sin quererlo ni pedirlo, solo porque se tomaron el riesgo.


Los poetas también se mueren; ahí tenemos a Federico García Lorca, matado por los franquistas, pero sin ir mas lejos tenemos aquí a nuestro poeta mayor Roque Dalton, igual que Arquímedes Cruz, y eso no es por estar a tono con otras guerras, sino porque la muerte estaba jodida y para lograr sus propósitos quizás nublaba el raciocinio de los hechores, como es el caso de Joaquín Villalobos, el cual parece ser que nunca se recupero.
Los revolucionarios también se mueren, y mira lo que dice el poema compromiso.
Si no vienes a dar

el corazon y la vidano te molestes en entrar porque en tu entradacomienza tu salida.Si tu vienes a buscar un lecho para una ocasion mullida no te molestes en entrardonde la flor mas bella es una herida.Este es un lugar propicio tan solo para el sacrificioAqui tienes que ser el ultimo en comerel ultimo en tenerel ultimo en dormir
el primero en morir


Y cuando ya te moriste te cantan este:

No me pregunten quién soy
ni si me habían conocido
los sueños que había tenido
crecerán aunque no estoy.

Ya no vivo pero voy
en lo que andaba soñando
y otros que siguen peleando
para nacer otras rosas
en el nombre de esas cosas
todos me estarán nombrando.

No me recuerden la cara
que fue mi cara de guerra
mientras hubiera en mi tierra
necesidad de que odiara.

En el cielo que ya aclara
sabrán cómo era mi frente
me oyó reir poca gente
pero mi risa ignorada
la hallarán en la alborada
del día que se presiente.

No me pregunten la edad
tengo los años de todos
yo elegí entre muchos modos
ser más viejo que mi edad
Y mis años de verdad
son los tiros que he tirado
nazco en cada fusilado
y aunque el cuerpo se me muera

tendré la edad verdadera
del niño que he liberado.

Mi tumba no sigan buscando
porque no la encontrarán;
mis manos son las demás;
tengo otras manos tirando;
mi voz es la que está gritando;
mi sueño, el que sigue entero.

Y sepan que sólo muero
si Ustedes van aflojando,
porque el que murió peleando
vive en cada compañero.

Vida-sacrificio-muerte. Una ecuación más compleja que un simple binomio perfecto de vida y muerte; o sea que la entre la vida y la muerte se juegan variables que condicionan la respuesta y la justificación de la muerte. De ahí surge que los epitafios normalmente dicen mucho de aquella persona por la cual se ha puesto; y para ubicarnos mejor en los que estamos diciendo veamos algunos:

Aquí yace Molière el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien.”Epitafio de: Molière


Ya decía yo que ese médico no valía mucho.”Epitafio de: Miguel Mihura, escritor de comedias.


Si no viví más, fue por que no me dio tiempo.”Epitafio de: Marqués de Sade
Pasemos a platicar de la muerte que le llaman natural: esa es la muerte en la cual el cliente se va porque su boleto de entrada se ha terminado; se va porque el cuerpo en que estaba esa vida a terminado su plazo útil, y ya no hay para más, debe irse a morar en las otras manifestaciones que deben existir de la vida.

La muerte natural es acompañada de toda la asistencia posible, inclusive la religiosa, ya que hasta los Santos Oleos les dan los sacerdotes; se va la gente con un sentimiento de gracia. Entonces sobre ellas poco se puede decir, tal solo que es la culminación normal para una vida.
La mejor forma de morir, algunos, es el suicidio: pero realmente la mejor forma de morir es según el caso de cada quien: algunos dicen que el suicido es una conducta autodestructiva, puede ser. Pero al pregunta es que es lo que autodestruye, si es solo el cuerpo o si creemos en el alma, se autodestruye también; y si entramos en otra fase; que pasará. Es curioso pero según las estadísticas los suicidas sienten predilección por los puentes. El Golden Gate, con 1.500 muertos, el viaducto del Príncipe Eduardo de Toronto, con 400, y el Aurora Bridge de Seattle, con 300, encabezan todos los récords en esta materia.

A lo largo y ancho del mundo, no hay ciudad sin su puente para suicidas ni su larga cifra de muertos. Los habitantes de la vieja Estambul, por ejemplo, eligen el Puente del Sultan Mehmet para arrojarse sobre el Bósforo. En Londres, la mayoría escoge el Hornsey Lane para quitarse la vida, mientras que los vecinos de Praga optan por el viaducto de Nusle, donde han muerto más de 300 personas desde 1973.

En el salvador no hay datos sobre ellos; aunque tenemos algunos puentes, habría que ver si comenzamos con esa costumbre de los suicidas, pues aquí en el país estamos cortos en ese uso.
Pero los puentes no son el único lugar con magnetismo. Se calcula que más de 600 suicidas saltaron sobre la lava del monte Mihara, en Japón, hasta que las autoridades decidieron colocar una red de seguridad sobre el cono volcánico. No muy lejos de allí, en el bosque de Aokigahara, bajo el monte Fuji, aparecen cada año los cuerpos de decenas de suicidas. Solo en 2002 se recogieron 78 cadáveres, cinco más que en 1998, cuando se habían batido todos los récords.
En algunos lugares, como Tokio, los suicidas han optado por la opción cómoda del metro, hasta el punto de que las líneas quedan cortadas entre dos y tres veces al día como consecuencia de estos incidentes. El metro de Montreal, en Canadá, tiene el récord de 129 suicidios, seguido de cerca por el U-Bahn de Viena y el metro de Ciudad de México.

Hace tres años alguien diseñó un mapa con los lugares más adecuados para suicidarse en la ciudad de Shangai, acompañados de simpáticos dibujos explicativos. Arrojarse a la jaula de los leones, colgarse de un árbol en un céntrico parque o cruzar andando la autopista, eran algunas de las variopintas propuestas que ofrecía la ciudad a los suicidas.

En la realidad, el suicidio también tiene algo de actividad turística. Lugares emblemáticos como la Torre Eiffel (350 suicidios) o el Empire State (32 muertos) tienen cada año un fluido tránsito de suicidas. Un estudio reciente, realizado en Nueva York, demostraba que una buena parte de los suicidas de Manhattan acudían expresamente a la isla a tirarse de sus rascacielos favoritos.
Pero hay suicidios que no gustan de hacerse solos y llevan propósitos de otra índoles, algunos a esos suicidas les llaman terroristas y veamos esta experiencia actual sobre ello “Cada vez que un terrorista suicida se hace volar por los aires en un autobús de Tel Aviv o en un mercado de Jerusalén, los hombres de chaleco amarillo y aspecto de rabinos no tardan en aparecer. Su misión consiste en recoger uno por uno los restos de los fallecidos y entregarlos a los familiares para que puedan darles una sepultura digna de acuerdo con la ley judía.

Atentado tras atentado, los voluntarios de esta organización llamada ZAKA se encuentran con las escenas más dantescas que pueda presenciar un ser humano: piernas, brazos y pedazos de carne que apenas pueden identificar. “Después de un atentado suicida, —explica uno de los voluntarios— los restos humanos se esparcen por las ramas de los árboles, los tejados y los balcones. Nosotros buscamos los pedazos y los reconstruimos como un puzzle”.
Aunque no se trata de especialistas, ni cuentan con los sofisticados equipos de los CSI, los miembros de ZAKA trabajan conjuntamente con la policía y su labor es apreciada por las fuerzas de seguridad. “Podemos decir que se trata de una especie de rompecabezas ” – asegura Meshi Zahav – “Identificamos primero el tronco central del cuerpo, después la parte de las extremidades, piernas, manos y dedos. Tratamos en la medida de lo posible de recuperar su integridad”.

Después de un atentado, los miembros de ZAKA rastrearán cada rincón del escenario en busca del resto humano más diminuto y serán los últimos en marcharse. Saben que los restos que no consigan identificar ni reunir con su dueño terminarán en una fosa común, enterrados para siempre en el olvido. Y ésa es una sensación que este pueblo ya ha tenido ocasión de interiorizar”.

Están luego los suicidios religiosos, citamos algunos; el protagonizado por Jim Jones, fundador y guía del Templo del Pueblo, lo consiguió con creces un día de noviembre de 1978 al proponer (y obligar) a todos sus seguidores reunidos en Jonestown (Guyana) un suicidio colectivo como protesta a la visita del congresista Leo Ryan. Sus seguidores se habían dirigido al campamento ante las innumerables denuncias que se habían recibido por las extravagancias y peligros de que hacía gala su iluminado dirigente. A la llegada de Rvan, Jones y los suyos empezaron a gritar contra su presencia para, después, alentar a sus seguidores a expulsarlo de allí y, ya en pleno paroxismo colectivo, conseguir un imprevisto linchamiento de Ryan y cuatro de sus acompañantes.

Es entonces, con los cuerpos desfigurados y todavía calientes de los visitantes y, sin duda, sabiendo lo que le esperaba, cuando Jim Jones propuso (más bien ordenó) que todos se entregaran a la muerte en un gran ritual final. Estos, en bloque, aceptaron (eran unos 900) y, tras preparar mezclas letales de diversas bebidas, que ingirieron ceremoniosamente, fueron muriendo sin remisión. Cuando llegó la policía, aquello era un inmenso cementerio al aire libre en el que había cuerpo amontonados uno sobre otros”

Por su parte David Korech protagonizó otro incidente similar que inició el 19 de abril de 1993 siendo el balance final de muertos dentro de Monte Carmelo fue de 69 adultos y 17 menores, todos calcinados. La versión oficial de la policía hablaría de que fueron los mismos davidianos los que provocaron el incendio en un aquelarre de suicidio colectivo. Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de las tanquetas federales que habrían provocado la inflamación del queroseno y, a su vez, habrían trasladado las llamas al interior del rancho. De cualquier forma, la tragedia había finalizado y Waco sería ya, en el futuro, un nombre de referencia macabro y maldito. Es una población, por cierto, predestinada a sufrir algo parecido teniendo en cuenta los datos de que, para 90.000 habitantes, había 18 armerías y 200 iglesias.

La diversidad es inmensa pues, y yo aquí en este precipicio natural, bajo la del olor a pino, con la dulzura del silencio y la turbación de mis mas intimas inquietudes, estoy tentado a tirar de mi cuerpo en este vacío. Algún resultado habrá de haber digo yo. Algún resultado.
El único problema en este entuerto que traje mis amigos aunque sea en el recuerdo y ellos me dicen que espere, me aconsejan que no desespere; entonces suicidio póngamele pausa a este asunto y volvamos. Volvamos. Que la culpa no nos empuje pero ¿y si nos suicidamos juntos?



Los hombre a famosos también se ocupan de la muerte veamos que nos dicen algunos de ellos:
Nacemos llorando, vivimos quejándonos y morimos desilusionados".
Thomas Fuller.

"Imaginemos un grupo de hombres encadenaos, todos ellos, condenados a muerte, algunos de los cuales son decapitados cada día en presencia de los demás, quienes aguardan, perdida toda esperanza, que les llegue su turno: tal es la imagen de la condición humana"
Pascal

"Si no murieran todos los hombres, entonces si que afligiría el morirse"
La Bruyere.

"La muerte no es el más grande de los males: es peor querer morir y no poder hacerlo"
Sófocles.

"Nadie sabe que la muerte es el más grande de todos los bienes para el hombre. Sin embargo, los hombres la temen como si supieran que es el mayor de los males. ¿No es la ignorancia más reprensible pensar que uno sabe lo que no sabe?"
Sócrates.

"Es bueno morir antes de haber hecho algo que merezca la muerte".
Anaxandridas.

"La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos".
Epicuro.

"Ningún hombre puede ignorar que tiene que morir, ni debe estar seguro de que ello no pueda ocurrir en este mismo día"
Cicerón

"Yo no quiero morir, pero no me importaría haber muerto".
Cicerón.

"Donde quiera que miro no veo otra cosa que reminiscencias de la muerte".
Ovidio.
"La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor".
Séneca.

"La muerte nos libera de las impresiones de los sentidos, de los deseos que nos hacen juguete suyo, de las divagaciones del espíritu y del duro servicio de la carne".
Marco Aurelio.

"Todos trabajamos contra nuestra propia cura, pues la muerte es la cura de todas las enfermedades".
Thomas Browne.

"Se ha escrito ya todo cuanto es posible para persuadirnos de que la muerte no es un mal, y tanto los hombres más débiles como los héroes nos han dado miles de ejemplos célebres en apoyo de esta opinión. Sin embargo, yo dudo que ningún hombre de buen sentido la haya creído nunca".
La Rochefoucauld.

"El acto de morir es también uno de los actos de la vida".
Marco Aurelio

"Si no sabes cómo morir, no te preocupes: la naturaleza te lo enseñará a su debido tiempo".
Montaigne.

"Ahora voy a emprender mi último viaje, un gran salto en las tinieblas".
Thomas Hobbes.

"Es un hombre innoble el que no sabe morir. Yo lo he sabido desde los quince años".
Beethoven.

"La muerte: una costumbre que todos tarde o temprano debemos aceptar"
Jorge Luis Borges

"Hasta la fecha, la muerte es lo más seguro que la vida haya inventado".
Emil Cioran

"La muerte no tiene que ver con el deseo de vivir, que será eternizado en Dios. La congoja se conecta con la experiencia de la nada: el sentimiento de ser arrojado en esta vida sin anclaje y sin apoyo final".
M. Heidegeer

"Si no piensas en la muerte, hay que internarte y atenderte de urgencia".
Karl Jung

"Cada hora la vida te hiere; la última te mata".
Giácomo Leopard


Morir es el verbo más pasivo de todos, pues a la muerte nadie resiste".
Messori

"Es una verdadera lástima: la mayoría de los hombres descubre el sentido de la vida solamente cuando la vida se les escapa".
Luawing Wittegenstein

"Pretenden convencerme de que la muerte es un hecho lógico y natural. Yo digo que no lo es, pues mientras más envejezco, más quiero vivir".
William James.

"Para formar un ser humano no bastan nueve meses; hacen falta sesenta años de trabajo, de sacrificios y de estudio; y, cuando está formado, ya está listo para morir".
André Malraux.

"Todo ser humano que muere representa una obra teatral con un solo personaje: él mismo".
Montaigne


"Si queremos de verdad a alguien, debemos informarle de lo siguiente: -¡Tú no morirás!".
Gabriel Marcel

"Todos los hombres mueren, pero no todas las muertes tienen el mismo valor".
Mao-Tse-Tung

"Jamás me cansaré de repetirlo: la muerte no es la noche, sino la Luz; no es el final, sino el Comienzo; no es la nada, sino la Eternidad".
Victor Hugo

"Lo que llega ser maduro necesita morir".
Nietzsche

"De nada sirve vivir bien, si se muere mal".
Abad de Cluny

"Lo único que he escuchado bien los últimos años, son los pasos de la muerte".
Beethoven


"Nadie sabe si la muerte no es acaso el más grande bien".
Sócrates




Chistes sobre la muerte; también hay un monton, Buena prueba de ello es la broma en la que Fidel no acepta una tortuga porque "vive 100 años, uno les coge cariño y luego se mueren” pero ahorita no estmos para chistes, así que sigamos …

Después de todas esas infinitas posibilidades que no somos capaces de revisar, pues no nos alcanzaría el pulular del corazón; es forzoso que ofrezca una solución, ( pero al releer la frase me doy cuenta que estoy siendo arrogante porque me sobran muchas piezas de esta pieza); por eso quizás prefiero decir que no tengo solución y que cada quien vea como resuelve. (pero siento eso muy irresponsable, habiendo sido yo, quien los ha llevado de la mano en este pedrero). Aún así voy a ensayar una solución oportuna; de conformidad a mis propias elucubraciones, cinceladas sin mucho cuidado por el estado actual de mi ánimo y espíritu: La mejor y mas dulce forma de morir es haciendo pausas, despacio escribiendo con letra de carta y con excelente ortografía nuestras mejores virtudes; dejando que el corazón haga música con sus latidos, hasta que cansado y sin prisas se silencie y con su silencio nos diga: ya me he ido, entonces ya no podremos escribir ni sentir nada. Ni culpas, ni angustias ni inquietudes. Ni sentimientos gratos o ingratos. Es probable que todo haya terminado; o que todo haya comenzado; porque quizás la muerte y la vida son las caras de una misma tarea, entonces mejor seguir en la brega. Ese fin está alimentado por el amor de mi compañera de vida y mis hijos.

Mejor pensemos que: El que se suicide es mono.

O si te querés suicidar hacelo de un bonsái.
Además; mirá lo que dice Nuestro Roque Dalton:
Por otra parte se debe comprender que la muerte
es una manufactura inoficiosa
y que los suicidas
siempre tuvieron una mortal pereza
de sufrir.

Además,
debo la cuenta de la luz…

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