Septiembre 2008
En esta oportunidad comentaré la habilidad de introducir cambios en la agenda política, por parte de los candidatos a la presidencia, que consiste en que una persona que controla un recurso esencial y que tiene la capacidad de proponer el orden en que se presentan los temas y las decisiones (Ballart y Rumió, 2000, p. 151).
Esos recursos son capacidad de organización, talento para la comunicación verbal, atractivo personal, acceso a los medios de comunicación y las instituciones.
Un segundo aspecto ha comentar es el de la capacidad para la toma de decisiones en situaciones de crisis. Es un punto importante para distinguir entre lideres activos que anticipan las dificultades y plantean alternativas de solución en función de su visión de los problemas, de aquellos otros líderes pasivos que se arrugan ante las dificultades y tienden a esperar y a reaccionar de forma defensiva (Ballart y Rumió, 2000, p 158).
En un comentario anterior me referí que tanto Funes como Ávila han demostrado capacidad organizativa en sus anteriores trabajos, y ahora digo que Chévez también, lo que sucede es que no se puede hacer comparación porque cada uno de ellos lo ha hechos en ámbitos diferentes. Funes ha sido director de un noticiero, Ávila de la PNC, y Chávez, ha sido un pastor de una iglesia con una feligresía importante. La comunicación verbal, sin discriminar considero que Funes domina en este aspecto. Le sigue Ávila y luego Chévez. Aquí debo hacer una aclaración, los tres dominan la comunicación verbal, solo que Ávila y Chévez, lo dominan en una forma restringida, y esto deriva del ámbito de dominio, determinado por la mayor o menor experiencia en los ámbitos donde mayormente se han desarrollado. Para el caso, Funes tiene un dominio natural, reforzado por la experiencia en temas políticos, económicos y sociales o de realidad nacional, por su anterior trabajo; Ávila, tiene un total dominio del ámbito policial, donde seguramente Funes se queda pequeño, pero ambos se encuentran pequeños si los comparamos con el dominio de la religión que tiene Chévez, y por su puesto, este último no tiene el dominio que tienen los dos anteriores en sus respectivos ámbitos. (El atractivo personal que tiene que ver con el poder de la palabra como parte del carisma lo ampliaré en otro comentario).
El acceso a los medios de comunicación, lo podemos determinar en el dominio que cada uno tiene frente a las cámaras, la experiencia frente a ellas, la capacidad de tener presencia en los mismos, y la facilidad con que se tiene presencia en ellos. En ese orden considero que el dominio y la experiencia la tiene Funes, seguido de Ávila, y Chévez. La capacidad y facilidad, la domina Ávila, por los motivos que todos sabemos, Chévez sería el que está en una desventaja frente al resto de candidatos.
El acceso a las instituciones es mucho más fácil para Ávila que para el resto de candidatos, por ser el candidato del partido gobernante, por el tiempo que tiene de hacerlo y por la afinidad con los propietarios de medios de comunicación.
Dicho lo anterior puedo mencionar como cada uno de los candidatos está haciendo uso de la habilidad de introducir cambios en la agenda:
Primero, veamos a Funes, que abandera la esperanza y el cambio (aunque el cambio no es exclusividad de nadie, si no de quien lo abandera mejor), y aunque parezca contradictorio a lo que los dirigentes del FMLN, han venido sosteniendo, Mauricio ha cambiado la agenda, en el sentido que respalda los Tratados de Libre Comercio, la Base de monitoreo de EE.UU., en Comalapa, la dolarización, la Ley de Amnistía, (el tema de la FF.AA, está claro que es permanente, y hasta este momento no existen en el horizonte condiciones objetivas ni subjetivas para apelar a la disolución, el resto es propaganda de desgaste). Además, que ha dicho que mantendrá y fortalecer programas como Red Solidaria y FOSALUD, y por su puesto ha retomado la necesidad de crear un pacto nacional para tratar temas de nación.
Lo anterior no tuviera el impacto en la campaña electoral, si Funes no tuviera una popularidad, una credibilidad que se ha creado a lo largo de los años y que según la última encuesta la sigue conservando, aunque en un menor porcentaje (significa que la influencia derivada de la popularidad y credibilidad la esta utilizando para hacer esos virajes, que puestas en otra persona no serían vistas de la misma manera). También influye la organización del partido que lo postula y la capacidad económica del mismo.
Ahora veamos a Rodrigo Ávila, aunque también, parezca contradictorio con lo que anteriores dirigentes de ARENA han sostenido, Rodrigo abandera a la nueva derecha, un país más justo, un Gobierno de Ciudadanos, y abandera una nueva forma de hacer política. Sin duda mantiene una popularidad y un prestigio, pero menor a la de Funes aunque las encuestas le brindan un ascenso. La introducción de los temas en la agenda, están fundamentados en la organización partidaria, la capacidad económica de su partido, las circunstancias económicas, políticas y sociales actuales, y el candidato.
En el caso de Tomas Chévez, todos sabemos que ha tenido diferencias con la Iglesia de donde proviene, se suma al esfuerzo de un partido que aunque se mantiene como tercera fuera política, no tiene posibilidades de competir de tú a tú con el resto de candidatos. A Chávez, se le puede adjudicar el hecho de haber puesto en la palestra política la relación política-religión, pero aun no se le ha escuchado un tema novedoso, que se distancie de los ya expuestos por los dos anteriores candidatos ó que los retome.
Un complemento a la habilidad de introducir cambios en la agenda, es la capacidad de replantear las expectativas de los votantes, que tiene que ver con la capacidad de los líderes de manipular las expectativas de los votantes, aun cuando tengan preferencias fijas y ordenadas (Ballart y Rumió, 2000, p 143). En este sentido si nos fijamos, los candidatos están utilizando la retorica para convencer a los votantes que existe una conexión entre los giros que han dado, y sus objetivos. Los movimientos de Funes y Ávila, tienden ha alejare del viejo discurso, de sus ideologías, es decir que se mueven hacia el centro o a la Social Democracia, haciendo ver a sus militantes, a sus simpatizantes y votantes que tales movimientos son necesarios para alcanzar o mantener sus objetivos, por los que siempre han luchado. Que logren cambiar realmente esas expectativas en los votantes, es lo que determinará el éxito en la campaña electoral.
Ahora evaluemos la capacidad en la toma de decisiones, este punto lo considero importante, por el énfasis que otros analistas han hecho en cómo los candidatos o partidos han marcado el ritmo. Quiero mencionar que este punto se centra en como un líder se anticipa y como otro espera.
Para el caso, Funes, se proclamó como primer candidato, inició la visita a los municipios, ha dominado la agenda internacional, ha presentado su plan de gobierno, se ha inscrito como miembro de partido que lo postula, se ha inscrito como candidato en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Mientras que Rodrigo Ávila, ha venido retomando cada una de esas acciones: su elección como candidato, su proclamación, la visita al interior del país, la elección del candidato a la Vicepresidencia, que aun no logra cuajar, esta pendiente su plan de gobierno y su inscripción al TSE (la inscripción al partido creo que no es necesario por que debió hacerlo cuando fue diputado).
En el caso de Tomas Chévez, está claro que viene a la retaguardia de los candidatos mencionados, y por tanto, tiene toda una tarea para los próximos días.
Sobre la toma de decisiones existen autores que dicen que no interesa si un líder toma en forma rápido o por el contrario en forma reflexiva y retarda una decisión. Ambas, pueden ser exitosas o ambas pueden ser un fracaso, dependiendo el contexto sobre el que se presenten. Por otra parte, existen autores como Maquiavelo, que ha sostenido que la retardación en la toma de decisiones ante situaciones concretas, puede obrar en contra del tomador de decisiones. Vale la pena mencionar lo que aconseja Neustadt a los presidentes estadounidenses, y que yo considero que no es ajeno a un candidato que aspira ha obtener el cargo, en el sentido que “cualquier presidente que estime el poder personal comenzará su periodo con vividas demostraciones de tenacidad y habilidad en todas las esferas, estableciendo así una reputación segura. Que haga frente a los desarreglos diarios, hasta que esté preparado para ponerse a prueba una vez más” (Neustadt, 1993, p.89).
Estaremos esperando las vividas demostraciones de tenacidad y habilidad, que establezcan una reputación segura de los actuales candidatos, que haga frente a cada momento de la campaña electoral, hasta que esté preparado para ponerse a prueba una vez más. Es decir, que esperaríamos más sorpresas en las estrategias de cada uno de los candidatos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario