lunes, 1 de diciembre de 2008

Intento de soborno

El ejército había sentido el embate guerrillero, noviembre 89, funesto para aquel ejercito que se gloriaba, día a día de ir ganado la cruenta guerra. Jubiloso un tal Helena Fuentes, declaraba con figura de imponente guerrero victorioso, que el frente estaba diezmado. Quizás solo el se lo creía.

Febrilmente las estructuras insurgentes preparaban, como hormigas garriadoras, la ofensiva aquella, que a la postre seria el punto de partida de una negociación en serio.

En su propia cara, estallo la ofensiva guerrillera. la vergüenza de aquel guerrero debió ser de antología. Tronaba la capital, tronaba y tronaba..

Allá por el redondel Masferrer, las calles se atascaban de vehículos, las escuadras guerrilleras, habían penetrado a profundidad también por ese lugar.

Y ahí estaban asombrados los guerrilleros ellos mismos de tremenda osadía. Que casas aquellas, que lucerìo, que calles.

Un diplomático, que no te digo de que país era, por aquello de la honra, junto a su hija, había quedado atascado en aquel montón de vehículos atravesados, infeliz diplomático que a saber de que francachela social venia, dispuesto a dormir un par de horas. Se pensaba seguro en aquella acomodada colonia, y vaya cosas; se topa con aquel reten no de soldados, sino de escuálidos y jóvenes guerrilleros que ejercían en esos momentos la autoridad.

Se baja el diplomático, raro el hombre, rara la palabra, raro el cargo que dijo, en verdad era raro todo, se acercó al que parecía ser el jefe y le pidió en aquel su idioma raro que le dejara pasar… evidentemente el diplomático temía que se lo llevaran privado de libertad, que lio hubiese sido aquel, y optó por una salida según el diplomática… ¡¡¡¡¡ le ofreció dinero al guerrillero aquel, para que lo dejara pasar!!!!!!!! el cipote, no atinaba a creer. vio al hombrecillo aquel, que pedía cacao, vio que iba a ser un problema, pues no se le quitaba de encima y los soldados estaban por llegar a aquella cita impuesta (y a la que quizás ninguna de los dos quiso haber llegado), optó por hacerle un espacio con váyase a la m….. nosotros para que putas queremos dinero…..era cierto, para que iban a querer dinero, lo que iban a querer era vida, la cual aquel cipote no tuvo, porque inició la refriega y su sangre se derramó en aquellas frías calles de la colonia Escalón.

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