Por Francisco Quimera.
El poder que tienen las grandes compañías: petroleras, eléctricas, farmacéuticas, etc…, las cuales poseen gran influencia sobre las políticas internas no solo de los países sub-desarrollados, sino también de los desarrollados, por ejemplo la influencia que tienen las empresas como Texaco, Microsoft, Ford, Coca Cola, Citigroup que manejan miles de millones de dólares en concepto de ingresos anuales y que a pesar de esto son pocos o nulos los impuestos que le generan al estado, pero no es necesario volver la mirada tan lejos, en nuestro país existen de igual forma un grupo de empresas que se benefician, de igual manera, con excepciones de los impuestos respectivos y además de ser favorecidos con incentivos fiscales como el Drawback por las exportaciones realizadas o los subsidios que propician grandes ganancias para estas empresas, pero, mayor endeudamiento del país, teniendo este que adquirir prestamos a organismos internacionales o utilizar otras fuentes de financiamiento como los fideicomisos, para poder ayudar a estas grandes empresas, olvidando las micro, pequeñas y medianas empresas que representan el 95% de la generación de empleo en el país y que además aportan en mayor medida los tributos al estado.
Es importante recalcar que las grandes empresas en nuestro país están fielmente representadas por la ANEP, la cual se encarga de velar por los intereses de todos sus agremiados, sin embargo no podemos seguir construyendo leyes que beneficien solo a un pequeño sector empresarial.
Además, la lógica nos indica “El que tiene más que pague más”, pero en nuestro país, al igual que en muchos países del mundo, este adagio no se aplica, ya que estamos acostumbrados a ver los impuestos como una carga para las empresas y para los empleados, y no nos vayamos muy lejos, los mismos empleados públicos, que deben ser los defensores y custodios de los intereses y de las arcas del estado, son los primeros en colocar en sus declaraciones de renta, los $800 dólares de salud y de educación, cuando ni si quiera estudian y mucho menos se han enfermado en todo el año.
La crítica es general, no se puede cambiar de la noche a la mañana, la cultura del “NO PAGO”, sin embargo es de tomar conciencia sobre la importancia del pago de los impuestos respectivos, sean estos de Iva o Renta, ya que todos y eh dicho “TODOS”, debemos tomar conciencia exigiendo el respectivo Tiquete o factura en todos los establecimientos donde adquiramos bienes o servicios y también comprometernos a declarar correctamente, no solo para cambiar la cultura antes mencionada, sino también para el beneficio de las futuras generaciones, de tal forma que podamos entregarles un país mas prospero y menos endeudado.
jueves, 21 de agosto de 2008
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