lunes, 6 de octubre de 2008

A los niños de la calle, esos pequeños cantores del mundo


A los niños de la calle, esos pequeños cantores del mundo
(Del poeta de la República)

La poética flor de tus pupilas
no engaña, es libro abierto,
y dice su canción en los linderos
donde el hambre vigila el horizonte.
Me veo hojeando los cuadernos,
raídos profetas callejeros,
y descubro un universo de silencios
jugando a ser nueva palabra.
El portal que espera por tus huesos
acuña en sus cartones tu futuro;
la miseria es una vieja huella,
compañera diaria de tus siglos.
¿Qué habrá de nuevo en la basura?
Mañana el tráfico es pesado
y tendrás que correr entre las calles,
jilguero en flor que en sus pupilas
lleva el cáliz desnudo de la anemia.
Tu canto es el canto más sagrado
porque ofrece la hostia verdadera,
y no basta que yo viva cantando
a tu mundo de niño sin escuela;
reclama mis manos y destierra
de una vez por todas a mis sirenas
para que la gran flor de tus pupilas
crezca altiva y cargada de colores.

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